“Nosotros sabemos que hemos pasado de la
muerte a la Vida, porque amamos a nuestros hermanos”
(1Jn 3,14)
Juan escribe a las comunidades cristianas fundadas por él en un momento
de grave dificultad. En efecto, comenzaban a cundir herejías y falsas doctrinas
en materia de fe y de moral; además, se estaba en un ambiente pagano, duro y
hostil para con el espíritu del Evangelio en el que los cristianos debían
vivir.
Para ayudarlos, el apóstol les señala un remedio radical: amar a los hermanos,
vivir el mandamiento del amor recibido desde el comienzo y en el que se resumen
todos los mandamientos.