27 mayo 2013

Subida a la Corona



Arrancamos a la mañana temprano un numeroso grupo desde el pinar  por un sendero bien marcado dejando los vehículos muy cerca, estaríamos muy agradecidos al regreso cuando el cansancio se hiciera notar.


Enseguida la trepada entre los pinos anunciaba la exigencia de la montaña.




Hasta la laguna nos acompañó un cielo brillante celeste pleno y el viento no se hizo notar.

Todo el tiempo caminamos al son del agua del arroyo Huigan Co que cada tanto nos regalaba un bello saltito de agua, el murmullo continuo fue un buen compañero.




La llegada a la laguna nos sorprendió .El camino fue rápido, entretenido, sin demasiado esfuerzo. Allí tomamos aire y algo más... primeros  sándwiches reponiendo energía para encarar la cumbre, que se presentaba empinada y pedregosa, haciendo dudar a algunos de poder lograrlo.






Cada escalón fue un desafío, había que ser cuidadoso, pisar seguro y pensar en que venía atrás para no tirarle piedras. Seguir al que iba adelante daba seguridad en el sendero, alguien había buscado el mejor lugar para pasar y en la cadena que éramos cada uno marcaba el sendero al otro.



La alegría de superar la trepada que parecía desde abajo tender una trampa resbaladiza e insuperable estaba a la vista.Allí nos esperaba otro desafío, el fortísimo viento que literalmente nos tiraba.



La montaña saca lo mejor  o lo peor de nosotros mismos. Está vez el grupo propició todo el tiempo sacar lo mejor. Rápidamente se generó un clima de familia, la generosidad, la alegría, el compañerismo fueron continuos. A la cumbre llegamos 14 en continua fiesta.





Nuestro guía humilde y seguro. Llevándonos por camino certero y adornando la caminata con mil y una anécdotas de las visitas a cada paraje.



Los jóvenes que nos llevaban al tiro, nos divertían y sorprendían con sus gestos de atención al otro.

Cumbre volada. Si no nos agarramos nos volamos.¡Pero llegamos!

Cada uno encontró su lugar y se acomodó entre las piedras. Fue el día del cumple de Camila, torta, vela y champan para festejar.

Fotógrafo en acción.

Caminar juntos es lo nuestro!

Una última mirada a la laguna antes del descenso, que tenía reservado sus desafíos. El latente peligro de una caída fue continuo. Caer. Después de la experiencia de la caída es inevitable poner mucho más cuidado. La caída no se puede evitar. Pero aunque duela y desconcierta, enseña.
Tenés que ponerte de pie otra vez con más firmeza, con los ojos bien abiertos.Te habla de la posibilidad de error. Es el momento en que alguien te ayuda, se interesa por vos y te dice cómo hacer.
Caídas y cumbres hacen a la montaña.

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