Un par de días por Trelew

Una ciudad que nos atrajo para visitar amigos nos sorprendió con calles organizadas, con bulevares que invitan a disfrutarla y cortadas muy angostas que casi no parecen calles pero lo son!
Ciudad sencilla y tranquila. Con 200 años de historia a la vista.

Por esas casualidades, al buscar hotel por internet alojamos en el hotel Touring pleno de anécdotas de tiempos bien lejanos, daban ganas de preguntarle a las paredes, escaleras y árboles sobre los personajes de la historia que fueron alojados allí como Fangio, Saint Exupery, Butch Cassidy
El desayuno despertaba la curiosidad porque todas las vitrinas estaban abarrotadas de elementos antiguos como sifones de vidrio, botellas del siglo pasado o latas viejas de galletitas con el círculo de vidrio para tentar al comprador.

El Museo brinda un recorrido que facilita la comprensión de los cambios geológicos y cómo los restos hallados aquí y allá nos cuentan esta historia. Tocar el tronco-piedra de una palmera de cuando en la Patagonia había humedad y calor nos traslada y nos llena de preguntas.

Comernos unas empanadas y un asadito con amigos fue parte del atractivo. Ganas de encontrarse más allá del cansancio y la cotidianidad que avanza. Nos quedaron las ganas de seguir las sobremesas, habrá que volver...

Dejando Trelew encontramos una de las playas más lindas. Quizá con la sensación del primer mar encontrado. Turqueza intenso. Pedregullo liviano y atrayente. Olas suaves con delicada blancura al llegar. Playa Unión nos susurraba bajo el sol intenso que nos quedemos un rato más. Muy bella!!!