01 noviembre 2014

Gaiman

Al llegar en medio de la meseta parece un oasis, comienza las arboledas, las chacras, el verdor, la siembra y los animales cuidados.









Construcciones centenarias con un estilo tan determinado.




El Ferrocarril signo de paraje tenido en cuenta en otra época. La particularidad un túnel ferrocarril de 300 metros que transitamos con poco de tensión y mucha oscuridad.


Pero lo que nos convocó a Gaiman fue tomar el té. Expectativas satisfechas por demás!


 Además de generoso, la repostería, típicamente galesa, nos sorprendió. Exquisita. Suave. Original.


Al regreso de nuestra vuelta por el pueblo recorrimos la margen del río Chubut.



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