16 enero 2011

Vacaciones en la Cordillera

Llegan las vacaciones, las esperadas y necesarias vacaciones… un tiempo especial que nos da la posibilidad de alterar la rutina del año. Una oportunidad para descansar, hacer esas cosas en casa que vamos postergando semana a semana por falta de tiempo (especialmente las que nos dan placer) o, si nos da el bolsillo, viajar, conocer nuevos lugares o volver a aquellos que, por unos días, se convirtieron en entrañables para la familia.

A veces se plantea la elección del mar o la montaña como opciones enfrentadas, está bien que cada uno tenga su preferencia, pero me llama la atención cuando una opción excluye la otra, alguien me ha dicho ‘cómo se puede ir de vacaciones al mar, qué tiene de divertido’, y otro ‘que la montaña no es descanso’. He tenido la suerte de poder ir alguna vez al mar y otras a la cordillera, y la verdad que los dos lugares son buenísimos: el mar es maravilloso y la montaña es espectacular, y viceversa. Creo que no vale la pena perder el tiempo en la discusión cuando podemos, aunque sea por unos pocos días, establecer esa comunión profunda con el mar, sus atardeceres, su serenidad o con la montaña, sus lagos, su grandeza y descubrir en cada uno las bellezas que nos edifican el alma.

Hablando una vez con un amigo y comentando un viaje de vacaciones a un lugar privilegiado y bastante costoso, me dice  ‘  y… la verdad que nos merecíamos estas vacaciones’.
Esto me quedó dando vueltas, qué significa merecerse unas o ‘esas’ vacaciones. Trabajar mucho?, no parar en todo el año?, estar agotado por la exigente vida de familia? Bueno, conozco mucha gente que trabaja sin parar, todos los días del año y que no pueden parar porque si no facturan no comen, o mujeres que atienden sin pausa la familia, o empleados y empleadas que tienen jornadas de 12 horas diarias y no logran ganarse esas merecidas vacaciones. Así que me cuesta coincidir con mi amigo, no dudo de que él se mereciera esas vacaciones, pero hay muchos que también se las merecen y no pueden, por eso me parece que uno se va de vacaciones cuando puede, si se las merece, las disfruta más, y eso es buenísimo.
Este año pudimos irnos una semana al sur, volver a El Bolsón, que nos enamoró hace 10 años y donde siempre estaban las ganas de regresar, además conocimos el PN Los Alerces (recomendados por amigos) y Villa La Angostura.

Algunas fotos que apenas esbozan la belleza de estos lugares.

El Bolsón






El Bosque Tallado




Parque Nacional Los Alerces









Villa La Angostura














2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hermosas las fotos….las noticias….me zambullo en la perfección de la naturaleza…Obra exclusiva del Padre!!!!!
Abrazo inmenso… Mabel

Anónimo dijo...

Gracias Claudio lindisimas las fotos y todo!!!
Silvana