Miradas Personales: Caminata del Piaget

22 octubre 2011

Caminata del Piaget

Sábado 22 de octubre, una tarde a pleno sol. El día, un verdadero regalo y nos encontramos en la escuela. ¿Un sábado en la escuela? Sí! Con la propuesta de caminar juntos para crecer en la integración.

Los profes nos invitan a bailar para empezar a divertirnos y encontrarnos. Arrancamos con entusiasmo, charla y puesta al día.

Enseguida llegamos a la Barda, este espacio tan nuestro y tan hermoso, con la primavera en todo su esplendor, la belleza del contraste de la tierra con las flores que explotan del chañar y la jarilla. Colores, perfumes, sonidos propios de la naturaleza que podemos disfrutar en plena ciudad. Tuvimos la oportunidad de escaparnos de las corridas, las responsabilidades, los deberes, las tareas cotidianas para caminar con otros en un entorno natural, descubrir lugares, plantas y compañeros.

Nos encontramos con varios desafíos, subidas y bajadas intensas (casi como la vida). Sostenernos en el camino, algunos se cansaban, les parecía largo pero otros los iban llevando con el aliento, la charla, cargándolos o empujando. Animarnos a conocer al otro fuera del aula, el patio, nos descubrimos sin guardapolvos, en familia, en lo que éramos capaces de hacer o al menos dispuestos a correr el riesgo. Confiar en los que nos guiaban, en que ellos sabían hasta donde podíamos llegar, de lo que éramos capaces.

Participamos muchos y por diferentes motivos, por nuestros hijos, por nuestros alumnos, por nuestra comunidad. Todos fuimos a caminar por otro. Todos fuimos libremente a disfrutar.

Todos llegamos contentos, valorando el esfuerzo hecho con un “valió la pena”.

Los primeros en llegar: los chicos, ellos nos motivaron, nos marcaron el ritmo, nosotros los seguimos, los dejamos estar en el primer lugar, sin perderlos de vista, sabiendo que caminamos por ellos, nos esforzamos por ellos, porque sabemos que en ese “por ellos” se juega nuestro ser padres y docentes, encontramos nuestro “debe ser”.