El sábado 27 Familias Nuevas nos propuso un espacio para pensar y compartir, el tema elegido fue la comunicación con nuestros hijos, una herramienta fundamental en la construcción de la familia.
Nos dividimos en grupos de acuerdo a las diferentes edades de los hijos y reflexionamos sobre nuestras familias partiendo del esquema propuesto por Juan P. Berra en su libro ‘Los 7 niveles de la comunicación’.
- Nivel informativo: Recibir y dar información: lo que pasa y lo que hacemos. Relatamos lo que pasa y lo que hicimos durante el día como si fuera un noticiero (Hay muchos subniveles). Este nivel es muy importante para nuestra cultura marcada por la eficiencia, los roles y funciones. Ocupa el 85%-90% de toda nuestra comunicación
- Nivel de opiniones: Nos relacionamos desde lo que pensamos de algo que está pasando. Opinamos acerca de distintas cosas.
- Nivel de historias de vida: Compartimos con otros nuestras experiencias de vida, aquellas cosas que nos marcaron a lo largo de la vida, hechos positivos y negativos. Compartimos los valores y desvalores que aprendimos en la vida cotidiana y que queremos vivir en nuestra vida. Cobra gran importancia las cosas que aprendimos en nuestra familia, el barrio, etc.
- Nivel de sentimientos: Revelamos nuestros sentimientos: todo aquello que nos da bronca, miedo vergüenza, tristeza, alegría, gozo, etc.
- Nivel de deseos y necesidades: somos personas necesitadas con deseos propios. En este nivel desnudamos nuestros deseos y necesidades, revelamos nuestros límites, nos mostramos vulnerables.
Como se imaginan, mirar la comunicación desde esta perspectiva nos ayudó a ver cómo estamos y cómo podemos mejorar, partiendo de que el paso a cada nivel conlleva una mayor profundidad. Muchas veces en la práctica no se restringe a uno exclusivamente pero es importante no confundir los niveles, por ejemplo, cuando uno transmite opiniones, no generar o inferir sentimientos.
Para finalizar nos llevamos como propuesta algunas pautas concretas que pueden ayudarnos a mejorar:
- El amor que une a los miembro de una familia es un amor desinteresado, confiado, que ayuda a crecer y creer, a desarrollarnos, mirando dos aspectos fundamentales: la libertad y la responsabilidad.
- La comunicación es una experiencia profunda, una necesidad de todo ser humano, es la necesidad por excelencia del hombre y comienza desde la infancia.
- El diálogo es el punto de partida y el punto de llegada de toda acción educativa.
- Dialogar es escuchar y hablar: saber escuchar, ser ese vacío de uno mismo, de nuestras ideas o respuestas, para darle lugar al otro, vacío de amor en el cual los hijos encuentran el espacio interior para decir lo que sienten y viven.
- Al hablar, muchas veces bastan pocas palabras sugeridas por un amor verdadero, puro, desinteresado. No hacen falta largos sermones.
- No tenerle miedo a los silencios, la comunicación se enriquece muchas veces de estos momentos sin palabras pero cargados de mensajes. Animarnos también a comunicar con gestos, abrazos, miradas, sonrisas, etc.
- Cada hijo es diferente, es necesario construir una relación personal con cada uno.
- Estar dispuestos a ‘perder el tiempo’ y a ponernos en el lugar de ellos, viviendo lo que ellos viven. Cuando eran chicos no nos daba vergüenza tirarnos al piso para jugar con ellos, a medida que crecen debemos descubrir de que manera podemos ir al encuentro, compartir con ellos pero desde su perspectiva.
- Si nos encontramos en un momento de “cero” comunicación, no olvidemos que siempre podemos comenzar de nuevo.
1 comentario:
QUE LINDA INICIATIVA! Y DESDE YA MUCHAS GRACIAS POR LAS PAUTAS QUE DETALLAN, COSAS SIMPLES PERO CONCRETAS QUE VIENEN BIEN REPASAR TENIENDO SIEMPRE LA ESPERANZADORA POSIBILIDAD DE RECOMENZAR.DANTE
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