01 diciembre 2011

Palabra de Vida - Esperando la Navidad



“Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos” (Lc 3,4) 


En este tiempo de Adviento, estamos invitados a vivir una nueva “palabra”. El evangelista Lucas la toma de Isaías, el profeta de la consolación. Para los primeros cristianos, se refería a Juan el Bautista, predecesor de Jesús. 

En este tiempo que prepara la Navidad, la Iglesia presenta al Precursor y nos invita a la alegría porque el Bautista es una suerte de mensajero que anuncia al Rey. En efecto, el Rey está por venir. Está cerca el tiempo en el que Dios cumplirá sus promesas, perdonará los pecados y dará la salvación. 

Pero si bien esta es una palabra de alegría, también es una invitación a orientar nuevamente toda nuestra existencia y a cambiar radicalmente la vida. 
El Bautista invita a preparar el camino del Señor. ¿Pero de qué camino se trata? 
Jesús, anunciado por el Bautista, antes de comenzar su vida pública y su predicación, va al desierto. Éste es su camino. Allí encuentra la profunda intimidad con su Padre, se le presentan las tentaciones y se vuelve solidario con todos los hombres. Del desierto sale vencedor. Este es el camino que volvemos a encontrar luego en su muerte y resurrección. Al haber recorrido todo su camino en profundidad, Jesús se vuelve “camino” para nosotros que estamos en marcha. 
Él es el camino que debemos emprender para realizar nuestra vocación humana y entrar en la plena comunión con Dios.


“Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos” 

Cada uno de nosotros está llamado a preparar el camino de Jesús, que quiere entrar en nuestras vidas. Es necesario allanar los senderos de nuestra existencia para que Él pueda venir a nuestro encuentro. 

Hay que preparar el camino eliminando todos los obstáculos: los de nuestra manera limitada de ver, los de nuestra voluntad débil. 

Es necesario tener el coraje de elegir entre el camino propio y el suyo para nosotros, entre nuestra voluntad y la suya, entre un programa organizado por nosotros y otro pensado por su amor omnipotente. 
Una vez tomada la decisión, es preciso trabajar para adecuar nuestra voluntad a la suya. 
¿Cómo? Los cristianos realizados nos enseñan un método bueno, práctico e inteligente: hacerlo ahora. 
En cada momento, quitar cada piedra para que ya no viva nuestra voluntad en nosotros sino la Suya. 
De esta manera habremos vivido la Palabra: “Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos”. 


Chiara Lubich

No hay comentarios: